Embonor amplía capacidad de producción en Chile y Bolivia

Cerca de US$ 84 millones invirtió Coca Cola Embonor en sus operaciones de Chile y Bolivia durante 2016, destinados principalmente a ampliar la capacidad de producción y almacenaje, a mejorar la eficiencia de procesos, así como la infraestructura e incorporar botellas retornables y activos de frío.

Según Andrés Vicuña, presidente del directorio de la compañía, en la carta a los accionistas, “estas inversiones nos permiten incrementar la capacidad de atender la demanda y adaptarnos a los desafíos de eficiencia y productividad”.

En Chile destacó la construcción de nuevos centros de distribución en las plantas de Viña del Mar y Talca, los que tienen por objeto independizar la distribución local de la plantas con el acarreo hacia otras operaciones.

En Bolivia, aseguró que las inversiones en infraestructura más relevantes fueron en Santa Cruz, donde están ejecutando un proyecto que ampliará la capacidad de producción a nivel nacional en 20%.

El ejecutivo recalcó el buen desempeño que han tenido el país andino, donde el pilar estratégico ha sido fomentar el consumo de empaques retornables, “los que alcanzaron un 33% del mix total del volumen”.

Resaltó que la compañía ha procurado dinamizar la industria de bebidas mediante una introducción permanente de nuevos productos, formatos y sabores, “en donde la marca Powerade en la categoría isotónica, la que desde su lanzamiento en el año 2011, se consolida como líder en su categoría, con una participación de mercado superior al 90%”.

Otro aspecto que reveló Vicuña fue que a diciembre de 2016, el 70% de nuestro portafolio en Chile lo componen bebidas de bajas calorías y sin calorías, “lo cual es reflejo de nuestro compromiso por aumentar su disponibilidad. En línea con esta estrategia, puedo señalar diversas acciones comerciales, entre las que destacan la reformulación de los productos para las marcas Kapo, Aquarius y Andina del Valle, además del lanzamiento de la nueva Powerade Zero”.

En este contexto, aseguró que la entrada en vigencia de la nueva ley de etiquetado, “representó uno de los mayores desafíos que enfrentamos durante el 2016”. Pese a ello dijo que “me enorgullece indicar que antes de la fecha exigida, gracias a la eficiente gestión de nuestros equipos, pudimos cumplir con los requerimientos”.